jueves, 8 de septiembre de 2011

CIENCIA-FICCIÓN

Así como se dice que la realidad supera a la ficción; ¿no será, la última, que también supera a la ciencia? Porque hasta ahora la tan elogiada ciencia no nos ha respondido interrogantes fundamentales sobre el hombre, la tierra y el universo, mientras que hay un buen acopio de esoterismo, ciencia-ficción o, simplemente, especulación que trata de los temas y da mejores pautas que el cientificismo de moda.
Seguramente, vamos a tener una comprobación en el devenir de este y el próximo año, pues se hacen diversas especulaciones sobre el calendario maya, la actividad del sol, las predicciones más famosas y los escritos sobre el apocalipsis y el fin del mundo; lo que no quiere decir la destrucción del planeta sino el cambio de ciclo, que es lo más probable, como una actividad evolutiva que nada tiene que ver con la ciencia o la ficción, aunque parezca curioso.
Una de las ramas del saber humano que se ha ido relegando paulatinamente a caballo de la hipótesis de la evolución, es la cosmogénesis o la creación no tanto del hombre y la tierra sino del cosmos en general. Poco se sabe de tan importante tema porque apostar a la estulticia de Darwin es mucho más riesgoso que apostar a la creación, cualquiera que sea la cosmogonía que se traiga a colación.
Por lo tanto, es también riesgoso apostar a la ciencia o la ficción, sin tener en cuenta que es más lo que encubren que lo que revelan; pero si habría que hacerlo de todos modos, sería preferible apostar a eso que se llama ficción que a lo que se conoce por ciencia y se desvía al materialismo sin ton ni son y sin comprender la realidad del mundo y de la naturaleza humana que busca la trascendencia aunque no crea en dioses.
La dualidad ciencia o ficción, de otro lado, es uno más de esos sofismas que se han usado tanto para distraernos de los asuntos verdaderamente importantes y trascendentales; pero que es necesario enfrentar para salir, precisamente, de la sofistería de moda.

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