Uno de los mayores problemas de la humanidad en general, es el de la identidad. Mientras unos hacen de ella un reducto invulnerable para la explotación materialista del resto de la raza humana; los otros no terminan por hacerse de una personalidad que les diferencia.
Lo mismo pasa entre los europeos, los asiáticos o quienes quieran porque esta identidad parece que ha estado negada desde la propia creación del ser. Así la creación dice que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, mientras que los evolucionistas afirman que proviene del mono; como ya dijéramos en otro comentario, es estadísticamente más probable lo primero que lo segundo; pero no termina por resolver el tema de la identidad porque, según la mitología o la religión, la creación así como puede haber sido única, puede haberse dado también simultáneamente en diferentes lugares y especies.
El tema es que afecta profundamente a la conducta de los individuos y sus formas de asociación y es lo que estamos viendo en nuestra patria donde, por falta de identidad, surgen grupos no únicamente, a veces, más discriminadores sino más manipulables por las fuerzas del mercado que, por ejemplo, están poniendo al alcance de las transnacionales reservas y territorios protegidos por los gobernantes de diversos Estados y, consiguientemente, sirven las políticas expansionistas en lugar de las reduccionistas de etnia, clase o religión.
Si analizásemos la cuestión a través de la razón, encontraríamos que la única identidad posible es la mestiza; ¿pero quién cree que la razón gobierna el mundo?
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