Una de las características de este año y el anterior y el de más antes ha sido, sin duda, la majadería que aunque es más patente en eso que se hace llamar oposición, también está presente en el oficialismo.
Y es que eso de desgarrarse las vestiduras y echarse ceniza en la cara por el más nimio motivo o sin él u oponerse a todo con tal de oponerse; no es más que majadería que llega, incluso, a la designación de candidatos para las siguientes elecciones y que, en cierto modo, empieza diciendo: Detrás de mí.
En el oficialismo es majadería eso de insistir en lo de plurinacional o indígena-originario que, semántica o filosóficamentre, no se adecúan ni a la realidad ni al lenguaje; pero, además, están las "disertaciones" del vice en cualquier ocasión que se presente, para sorprender a sus oyentes con sofismas, eufemismos o nostalgias de regímenes que, al parecer, no sólo que no llega a comprenderlos sino que tampoco los asimila con la realidad. Como quienes lo escuchan o ignoran de qué está hablando o no tienen la oportunidad de contradecirle, pasa como catedrático.
Pero hay una majadería que no se percibe mucho y que ha demostrado tener efectos más profundos o nocivos: La intervención de las llamadas ONGs que lo mismo que aparecen hoy, dizque, conspirando contra el gobierno de Morales, ayer estuvieron metiendo sus narices donde nadie los llamó: La Constituyente, pues a ellas se deben las contradicciones, las confusiones, las ampulosidades, las pésimas interpretaciones de la realidad nacional y la imposición de modelos o recetas sobre derechos o lo que fuere que son la forma como se manejan estas instituciones en el ámbito mundial, se hagan llamar ambientalistas, de derechos o izquierdos humanos o de apoyo a la justicia, la policía o la perrera municipal. Si vemos y analizamos lo que está aconteciendo en el mundo no hay donde perderse y así como los papeles del BM o el FMI están ya más que descubiertos, hay muchísimas sospechas sobre el papel de las ONGs en el planeta a tal grado que, en determinado momento, en España, verbigracia, ni Médicos sin Fronteras se salvo del inventario negativo y hubo que hacer una revisión para rescatarla.
Poco se habla sobre esta realidad de dependencia, porque eso es, que imponen los organismos no gubernamentales porque dentro de ellos están los "analistas" y un sin fin de operadores que se reparten buena parte de la torra de sus presupuestos en salarios que no ganarían en ninguna parte por criticar la pobreza del país en que actúan y aparecen como salvadores.
La majadería se está convirtiendo en la cara de la politiquería y la única manera de erradicarla es descubriendo dónde y cómo actúa.
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