lunes, 9 de diciembre de 2013

"DURA LEX, SED LEX"

La sentencia del título no se cumple en el mundo entero; ya sea que se evite su cumplimiento con testigos protegidos, con declaraciones de "no culpable" o negociaciones con fiscales, como en los EEUU, es sólo un recuerdo; lo mismo que en otras naciones donde siempre se pueden encontrar excusas para no cumplir con la ley y la igualdad entre todos los ciudadanos. No es lo mismo, por ejemplo, que sólo sean los pequeños traficantes o los "pisa cocas" que estén en la cárcel, mientras los peces gordos andan felices comiendo perdices.
Pero no sólo en cuanto al delito el clima es diferente sino también en cuanto al trato. En Bolivia, verbigracia, existen sectores de la sociedad que están por encima de las leyes, no porque haya alguna gracia concedida dentro del sistema de derecho sino por los compromisos que la politiquería hace a espaldas del ciudadano común y de la democracia.
No todos pagamos impuestos, los mal denominados cooperativistas están exentos, lo mismo que los cocaleros y los explotadores del transporte público que no sólo que casi no tributan de acuerdo a sus grandes ganancias sino que, discriminatoriamente, son beneficiados además con descuentos en las multas de tránsito, en el pago de tributos, en los costos de los carburantes, en las importaciones libres de lo que quieran y hasta en el menor precio de las rosetas de seguros o de inspección técnica.
Lo mismo pasa con otro sectores que tampoco tributan como deben ya sea porque son latifundistas, contrabandistas, piratas, "gremialistas" o "minoristas" que así se hacen denominar los que manejan grandes sumas de dinero en el comercio y alcanzan acuerdos "estratégicos" con los gobiernos y partidos de la politiquería.
Además, no todos somos iguales ante la ley y las autoridades. Si el ciudadano común busca dónde quejarse por el pésimo servicio del transporte público o la especulación en los mercados, no encuentra ni quien lo escuche ni quien lo atienda. Sin embargo, si es un sector "sindicalizado" no sólo que inmediatamente lo atienden sino que hacen caso a sus majaderías y caprichos porque a las autoridades les interesan más los resultados electorales o las alianzas sectoriales que el bien común y el estado de derecho.
Aquello de la ley es dura; pero es la ley, es pues simple recuerdo o un latinajo más que se usa en referencia al pasado y la historia y para disfrazar un ambiente donde la discriminación no se quiere percibir porque no conviene por el clima que prevalece y que pendula entre anarquismo, neoliberalismo, trotskismo o estalinismo sin rubor alguno.

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