Hace algún tiempo hablábamos sobre la mayoría de sindicatos que han perdido su condición de tal y se han convertido en antros de corrupción y dábamos como ejemplo lo acontecido en México. Pues bien, la justicia de ese país acaba de poner a disposición de la justicia ordinaria a una de estas dirigentes "sindicales", que llegó incluso a la diputación que abandonó después por no ser "rentable", acusada de delincuencia organizada.
El caso es que las cuotas sindicales se destinaron a cuentas privadas, a negocios del mismo tipo y dieron una ganancia que sobrepasa la centena de millones de Euros, perjudicando no únicamente a los propios trabajadores sino a millones de niños que no pueden acceder a un mejor sistema de educación porque la delincuencia organizada, que se ha apoderado de muchos sindicatos en el mundo, no permite ni siquiera el diálogo para establecer planes y programas que mejoren, especialmente, la calidad de los supuestos maestros que son una plaga en México como en Bolivia.
Y también aquí como allá, las cuotas sindicales son un negocio que no se quiere destapar por una serie de intereses partidistas y sectarios; pero que llegará el momento de tener que hacer lo que las autoridades mexicanas están haciendo, por mucho que se hable de fueros y derechos.
¿Qué tal si en nuestro territorio empezamos a investigar algunas cuentas?
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