sábado, 2 de febrero de 2013

SE VIENE EL SATÉLITE

En la historia de nuestros países coloniales, eufemísticamente denominados en desarrollo, no es raro encontrar que se haya construido una refinería, sin tener petróleo, un tren eléctrico, teniendo déficit de producción, una fundición de minerales sin tener industria minera; todavía recuerdo la visita a una industrializadora de leche vacuna, en el trópico cochabambino, donde el ganado de este tipo es casi inexistente.
Muchas veces la "ayuda" de organismos internacionales o las "inversiones" extranjeras caen en saco roto con la frustración de los pobladores locales y el contento de los especuladores de divisas del mercado internacional.
Por esto es que preocupa, en lugar de alegrar, la llegada del satélite propio en un futuro inmediato porque, hasta ahora, no se ha hecho conocer el programa o los programas en que será utilizado; tampoco se ve proyecto alguno para ello no únicamente entre la burocracia estatal sino, principalmente, entre las universidades públicas y privadas que, si vemos sus canales de televisión, andan sumamente atrasadas en el uso de la tecnología de comunicación de punta. Porque utilizar el aparato para ver televisión o mandar correos no sólo sería oneroso sino ridículo y debiera ser más bien la puerta a un masivo ingreso de tecnología que sirva la industria y la economía; pero, como lo reiteramos, las universidades, incluso, parece que ni se han enterado del asunto.
Ojalá no se convierta en un elefante blanco, como se suele decir por estas latitudes.

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