Esto del tráfico, comercio ilegal, se está extendiendo a varios rubros de la vida en el mundo; hay tráfico de armas, de drogas, de medicamentos, de vacunas, de órganos, de alimentos, de mujeres, de niños y, con ribetes de escándalo, se ha denunciado ahora último el tráfico de pacientes en el principal hospital público de Cochabamba.
Para quienes conocimos ese nosocomio y vivimos dentro de él, la información no es nueva; se arrastra desde hace décadas por varios factores; pero, dentro de los mismos, el principal es la falta de moral y ética; no únicamente en contra del propio paciente sino de la institución de que se recibe un salario y mientras no haya forma de encarar el asunto seguirá como hasta ahora; aunque lo curioso es que son los "trabajadores de salud", los que salen en defensa, lo que nos hace suponer que también las prácticas inmorales entre ellos continúan, con sus lógicas excepciones.
Pero, asimismo, se denuncia tráfico en varios rubros entre la clerecía del Vaticano y fuera de esa ciudad, lo que habría provocado la renuncia del Papa actual y lo que nos hace suponer que el informe que se menciona es real, es la manera cómo se está encarando el futuro vacío, pues, aunque todavía no hay, que sepamos, una convocatoria oficial, algunos Cardenales ya están en viaje aunque, por razones morales o de edad, ya no debieran ser convocados. Como se puede ver algunos quieren curarse sanos o, lo que es más seguro, seguir tapando algunas cuestiones que nada tienen que ver con la fe o la religión y son tan materiales que llegan a la procacidad, como es la intervención en la estabilidad o inestabilidad de algunos gobernantes.
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