miércoles, 27 de febrero de 2013

"CASUS BELLI"

La oligarquía chilena tiene todas las características de estar buscando provocar la guerra contra Bolivia con sus últimas actuaciones; pero, lógicamente, no lo hace por problemas internos como su creciente desprestigio, la crisis económica, el bluff de su industria nacional o los problemas con los mapuches sino porque retoma su papel de intermediario de las potencias en contra de naciones y gobiernos que se levantan contra ese poder.
No hay que olvidar que hace ya bastante tiempo que se habla en los medios internacionales sobre la conspiración del imperio norteamericano en contra de gobiernos de Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia y que se ha intentado, incluso, una acción armada sobre el territorio de la triple frontera con el manido argumento del terrorismo, que no ha prosperado por las revelaciones de la manipulación en torno a la "tormenta del desierto" y la crisis que se sigue abatiendo sobre el sistema económico materialista y especulador.
La oligarquía chilena está pues demostrando que, nuevamente, está dispuesta a servir de intermediaria para la traición y el asalto porque, además, puede ser una buena solución para mantener su suministro de aguas dulces, energía y continuar con el buen negocio del contrabando y la chatarra que maneja en sus principales puertos.
Lo que el gobierno boliviano debiera hacer es denunciar inmediatamente estas acciones y condicionar una respuesta solidaria de las naciones latinoamericanas a la agresión norteamericana, vía oligarquía chilena, para así preservar no únicamente su integridad sino el espíritu de convivencia pacífica y de integración de las naciones al sur del río Bravo.

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