sábado, 18 de febrero de 2012

¿REMINISCENCIAS COSMOGÓNICAS?

Si analizamos el carnaval de Oruro sin las estridencias ni excesos que actualmente se cometen en su nombre, podemos encontrarnos con que es una fiesta que tiene raíces en la cosmogonía andina, porque el tributo sería al dios Huari, una deidad que representa lo que en la cultura occidental se tiene como un ángel siempre en lucha contra el diablo, el representante del mal.
En la cosmología anterior a los propios Incas, Huari es sumamente poderoso y deviene, probablemente, del tiwanaku que, incluso, pudo construir todo un imperio en el altiplano boliviano y que se extendió por muchos kilómetros y mucho tiempo. Varios autores han recopilado las leyendas sobre Huari y no habría duda que el carnaval, en su sincretización, en su mezcolanza, ha persistido a través del tiempo, pese a la invasión y la conquista europea; tal y como han sobrevivido muchas creencias y ritos religiosos por medio de adopciones o adaptaciones que la Iglesia Católica hizo para atraer a los nativos hacia su fe. Y, curiosamente, es el anuncio de su propia derrota en manos de Huari el dios ancestral pues para los andinos el español no sólo era un bárbaro sino que también encarnaba la figura del diablo.
Lo que hay que lamentar es la constante distorsión que está sufriendo el carnaval en sus diferentes manifestaciones, llevado más por el consumismo y la espectacularidad que la fidelidad a las tradiciones; ahí, está, por ejemplo, el abuso de pieles y plumas en la danza de lo que fuera Los Tobas y que ya no lo es más porque se han colado figuras y personajes que nada tienen que ver ni con la geografía, la antropología o los ritos andinos. Lo mismo están sufriendo otras danzas y habría que hacer algo para rescatarlas y preservarlas en su concepción ancestral y original.

No hay comentarios:

Publicar un comentario