De un tiempo a esta parte, minorías agresivas están apropiándose del escenario de la politiquería y poniendo en riesgo el sistema de representación; porque ¿qué pueden significar 100 o 200 "discapacitados", cuando su propio universo superaría las cuatro decenas de miles? o ¿a quiénes representan las organizaciones no gubernamentales que cada vez se entrometen más en asuntos del bien común y se decantan por el sectarismo?
Es dos preguntas son oportunísimas y habría que resolverlas y no sólo hacer olas ante medios tendenciosos que viven ya no para informar u orientar sino para desinformar y desestabilizar; no ya determinado régimen sino el sistema de gobierno porque, como lo dijimos varias veces, puede aparecer cualquier tiranuelo diciéndonos que no sabemos vivir en democracia y alzarse con el santo y la limosna.
Se dirá que la propia CPE condiciona esta usurpación e impostiura pues su tendencia neoliberal tiende a dividir para reinar y no ha recogido las necesidades, aspiraciones y reivindicaciones del cien por ciento de la población nacional que, quiérase o no, es mestiza y no ni "indígena" ni "nativo" ni "originaria" u otras monsergas que se usan y abusan para el divisionismo; pero, y aquí la paradoja, son las propias organizaciones sociales que se han alienado con el sectarismo, con la manipulación y han dejado en el completo abandono el bien común, la colectividad, la razón social del propio ser humano.
Y, lo peor, es que estas minorías son cada vez más agresivas y tienen un reflejo ampliado en la mayoría de los medios que, por vender, que es su nueva filosofía, no miden las consecuencias de sus acciones mal encaminadas y hasta ilegales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario