sábado, 11 de febrero de 2012

LA LIBERTAD

¿Cuántas veces todavía tendremos que recordar a Madame Rolland que en su ejecución dijera: "Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre"? Porque eso es lo que se hace cuando, en nombre de esa reivindicación, se incurre no sólo en delito sino en contradicción.
Lo hacen directamente los politiqueros, por ignorancia o falta de información muchos "sindicalistas", aviesamente los "asesores" y aún queda un  amplio espectro para otras facetas de esta libertad que degenera en libertinaje. Si la cuestión de la carretera al Beni, se habría manejado de acuerdo a la libertad, el derecho y la correcta interpretación de las leyes, no estaríamos con marchas y contramarchas; tampoco estaríamos observando ese penoso espectáculo de padres azuzando a sus hijos a la discriminación como sucede, harto lamentablemente, en un colegio prestigioso como el Bolívar de Cochabamba; no tendría oportunidad de extenderse esa fea costumbre de beber alcohol en las calles y dar rienda suelto a los instintos y la producción de la hoja de coca para surtir un mercado creciente de drogadictos que no quieren freno alguno.
En fin, muchas de las actividades del hombre se pueden cuestionar por esta confusión entre libertad y libertinaje y lo mismo hay que hacer en cuanto a su interpretación por los comerciantes; ya sea de las drogas, de los medios de comunicación o de las armas que no tienen moral ni ética y se la reclaman al mundo cuando les conviene a sus fines perversos.
Sólo la responsabilidad individual, que paulatinamente se hace colectiva, puede salvarnos de estas distorsiones que tanto daño la hacen a la evolución de la especie humana en el planeta tierra.

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