lunes, 1 de agosto de 2011

EL CONSENSO

Una de las mejores pruebas de que la democracia es un sofisma en su aplicación, es eso del consenso, que nunca ha sido lo que conceptualmente se entiende por tal (unanimidad) y, por el contrario, ha servido para dar paso al sectarismo, al nepotismo, a la politiquería en contra del bien común.
En Bolivia hay muchísimos ejemplos de la manipulación "democrática" y de cómo el "consenso" ha servido no sólo para imponernos un Ejecutivo encabezado por el tercero de las urnas semivacías sino para cuotearse el aparato administrativo entre los partidos del "consenso". Dentro de ese abanico las organizaciones sindicales han sacado su ventaja, lo mismo que algunas otras sociales y hasta personas particulares que mordían de lo que se llamó los "gastos reservados" y que no sólo no tenían límite sino ningún control de parte de nadie; por lo que sirvió para el enriquecimiento de los encargados de su manejo y de los beneficiarios de las migajas.
Infelizmente, este mismo consenso está haciendo que se tergiversen las cosas en el proceso de cambio y así tenemos que los explotadores del transporte, que son unos cuantos, se han beneficiado de las modificaciones introducidas en la nueva ley del rubro y obtendrán mejores e inmediatas ganancias porque la impostura de sindicato con que se manejan ha condicionado algunas cosas en un entorno donde hace tiempo todo ha dejado de ser no sólo de cambio sino democrático; desde la CPE, manipulada por pequeños intereses que nos dieron una Constitución liberal en lugar de una social.
Lo que más se resiente es el bien común y, lógicamente, la confianza en el sistema mismo porque, en lugar de analizar bien las cosas, algunas personas se dejan llevar por la simplicidad de su propia visión y pueden mostrarse simpatizantes de cualquier proceso que interrumpa esta "democracia" como muchas veces ya se ha dado con el contento de los que esperan el "pasanaku".
Si bien la democracia no puede ser, conceptualmente, consenso; porque es difícil obtener la unanimidad dentro de la diversidad y de los diferentes niveles de educación y cultura, un acercamiento es posible y es cuando se deja el sectarismo en pro de la colectividad, cuando los intereses de los más se imponen sobre los de los menos con el menor daño posible y cuando se elige lo mejor para el común de las gentes.
Pero de eso, a tener por tótem el sofisma del consenso, es otra cosa y sólo puede ser por la propia manipulación que se mantiene sobre el sistema mundialmente, porque en ningún país hemos visto que la democracia funcione efectivamente; a no ser algunas excepciones dentro de sistemas de descentralización administrativa, más conocidas como autonomías, aunque tampoco llegan a tal cosa.
En todo caso, es bueno desmitificar y desmistificar para no seguir siendo parte del engaño. la impostura y la usurpación y recuperar, efectivamente, la soberanía, la independencia y la libertad.
Democracia sí; sofismas no.

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