¿Desde cuándo hablamos de crisis de valores? No es reciente, no; si nos acercamos a la historia podríamos afirmar que desde el término de la Edad Media y la llegada del Renacimiento, cuando alguien proféticamente se atrevió a decir que la ignorancia se estaba titulando, con referencia a la búsqueda de títulos y cartones por los autodenominados intelectuales y partidarios de la razón y el materialismo.
Desde aquel lejano entonces, las cosas se han ido poniendo peor; hoy ya nadie busca ni sabe qué son los valores y se contentan con comprar lo que necesitan y cuando necesitan; la cultura de la educación y el trabajo ha dado lugar al simple y vulgar consumismo y la disgregación de la familia, como núcleo de la sociedad, es tan dramática que tampoco ya los padres están para dar ejemplo o los hijos para seguir sus enseñanzas; cada cual vive su mundo y mientras tengan qué gastar, todo está bien.
Se ha asolado la sociedad, se ha atentado persistentemente en contra de ella, hay una labor subterránea en contra del hombre mismo que las apariencias engañan y disfrazan y puede pasar hasta por filantropía. La moda es la inversión de valores; y tiene un amplio mercado que va desde la cuenta bancaria, hasta la formación profesional, pasando por un gran abanico donde se hacen trizas, el arte, la literatura, la sabiduría, la espiritualidad, dígase lo que se diga.
Hay que recuperar los valores; pero es una tarea que se puede obtener sólo por la acción continua durante años o, quizá siglos; pero por ello mismo hay que empezar ya; desde ahora, en este mismo instante.
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