miércoles, 26 de junio de 2013

LA CRISIS Y LA GUERRA

Por mucho que se diga, las relaciones de los países del "tercer mundo" con los autodenominados "desarrollados", siguen siendo coloniales y se ajustan a las conveniencias de los centros de poder. Y la América Latina es rica en ejemplos no únicamente de procesos de crecimiento frustrados sino de vaivenes que nos han hecho perder tiempo y energías.
La crisis del mundo contemporáneo es pues mucho más complicada que la simple faceta del mercado del dinero porque, a despecho de muchos, no hay ni igualdad, ni fraternidad, ni libertad como se postulara en l789 y se repitió en muchas latitudes. Lo que está sucediendo en el Brasil es un ejemplo porque descubre que, mientras se fomenta el negocio del fútbol como espectáculo y lavadero de dinero, no se solucionan problemas fundamentales como los de la educación o la salud. Los cariocas, paulistas y demás brasileños coinciden con los indignados franceses que decían: "No queremos matrimonios homosexuales, queremos trabajo" y es que parte de las políticas liberales, bien asumidas por la izquierda, distraen la atención de problemas esenciales hacia otros menores que nada tienen que ver con el desarrollo de la humanidad.
Por lo que no hay que extrañarse que ya se estén preparando las "soluciones", a través de la guerra, como en anteriores oportunidades y que ya no tendrá las características de la primera o la segunda, sino que abarcará fenómenos hasta ahora no conocidos y mantenidos en secreto por el poder del vil metal, así como implicaciones que van más allá del enfrentamiento armado, como la firma de un "acuerdo" entre la OTAN y Colombia, que no es más que una puñalada trapera a la paz y al mundo.

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