jueves, 22 de marzo de 2012

BLOQUEOS PRO BLOQUEOS

Un fantasma recorre por el mundo, es el fantasma del bloqueador; podríamos decir parafraseando cierto manifiesto, porque lo que está sucediendo no tiene antedentes en lo racional sino en la curiosidad social o psicológica.
Ahora resulta que los miembros de un "comité de vigilancia" de Cochabamba, sin decir esta piedra es mía, decretan un paro movilizado, como suele decir la demagogia, y sentencia a todos a otro perjuicio más, que se suma a los creados por los explotadores del transporte público, por desorientados dirigentes vecinales, sindicales o movimientistas que, voluntariamente, se ponen en contra de la ley que, felizmente para ellos, nadie hace cumplir, porque no existen fiscales o autoridades que hagan cumplir la majestad de la ley que, como decía Tamayo, es la única servidumbre que no mancha. Claro que también algún analista de la sicología social podría decir que es típico del cochabambinismo que, diferenciando de la cochabambinidad, hipertrofia los defectos y minimiza las virtudes. Pero los hechos están ahí: Un bloqueo, para que no hayan más bloqueos; una solicitud para una ley que está siendo analizada ya en su instancia correspondiente, es decir, no hay argumento legal para la barbaridad; pero ahí está.
¿Cómo excusar, porque justificar no se puede, la estulticia? En la disminución sofística del ambiente de legalidad por personas que, primero, no entienden su propio lenguaje; segundo, porque los subvertores se han disfrazado de demócratas y, tercero, porque el sectarismo vuelve ganar al bien común y también la politiquería a la política.
¿Qué hacer? Sólo hay dos opciones: reír o llorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario