Ahora que Obama ha decidido terminar la invasión de Irak, lo que hay que preguntarse es: ¿Dónde irán esas tropas? ¿A la Triple Frontera? ¿A México? ¿A Venezuela? ¿A la Argentina? ¿Al Ecuador? ¿A Brasil? ¿A Bolivia? Porque desde hace tiempo se ha estado preparando una invasión en Latinoamericana con el supuesto, y real, objetivo de controlar (dirigir) el narcotráfico y ahora que la crisis financiera y económica en el mundo se pone color de hormiga, con seguridad que al imperio le vendría bien lavar unos cuantos millones para, otra vez, fortalecer y apuntalar su bolsa.
No hay pues ninguna especulación en esperar que las tropas que ahora se descartan en Irak, se usen en nuevos objetivos en América Latina, si se quiere seguir con la política imperialista que se ha generado hace muchos años al norte del río Bravo y, peor todavía, cuando sus "aliados" naturales, como los chilenos, empiezan a sufrir las consecuencias de su dependencia y ya no pueden más con los problemas que están saltando en su economía, acusada de especulación y de lavado, y en su sociedad que tiene el problema grave de la educación sin perspectivas de pronta solución y, ellos mismos, los mapochinos, amenazan con acudir a sus tropas para defender sus propias invasiones de conquista, al calor del poder de las transnacionales.
Lo peor que podemos hacer, los latinoamericanos, es desconocer esta amenaza o confundirnos con que ya no son tiempos de guerra o que el imperio se halla debilitado; pues cuando está más endeble, es más violenta su reacción.
Al parecer, toso es cuestión de tiempo.
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