Es interesante lo que ocurre a propósito de la descolonización y el mestizaje; en el primer caso, son más los colonos intelectuales que los económicos y, en el segundo, sólo mueve a risa su desconocimiento. Porque tanto los que se creen libres como los que no, tienen algún grado de colonización intelectual y sus reacciones son más bien ridículas. Lo mismo pasa cuando se habla del mestizaje; un proceso que no sólo implica el encuentro violento entre los españoles y los nativos sino también el mestizaje anterior, es decir, el de los íberos, castellanos, vascos, gallegos, romanos, etc, y los quéchuas. aymaras, chiriguanos, guarayos, guaraníes y también etcétera. No hay pues ninguna posibilidad de raigambres puras ni entre los que se consideran descendientes de españoles como los del incario.
Sólo la ignorancia, la ramplonería de la cabeza y del corazón, a decir de ese vasco universal que es Unamuno, puede llevarnos a cuestionar si existe o no el mestizo o si los "independentistas" no son más bien más colonos que los otros, como ocurre y se ve en muchos desorientados de la politiquería actual. En cuanto a la identidad del mestizo no está en construcción; ya se ha construido a través de más de 500 años y sólo los ciegos no quieren verlo; lo que es más bien un sofisma es aquello de la etnicidad, la tribalidad o lo de "indígenas" que no es más que el producto de la alienación al neoliberalismo y, por tanto, a la derecha, de manos de la izquierda.
Así están las cosas y aunque nos ocurra lo que a los proyectistas de la universidad tucumana; nadie puede desconocer que los latinoamericanos somos, ante todo, mestizos y que la única manera de ser libres es asumir ese mestizaje sin sofismas de etnias, nativos o demás mentiras que sólo mueven a risa.
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