Hay ocasiones en que la lectura nos proporciona una sonrisa o risa franca, aunque lo leído no sea más que un absurdo o precisamente por eso. En el editorial de Los Tiempos de la fecha, se lee que el corporativismo es: "regresivo" y la reacción no puede ser otra que una carcajada.
Lo que muchas veces se olvida es que cuando se escribe un comentario editorial, hay que dejar las pasiones personales -y la ignorancia- fuera y escribir pensando sólo en el bien común, en el colectivo, en la sociedad; porque si llevamos las cosas al campo personal, pasional o sectario, estamos distorsionando nuestra misión y eso no es posible en el buen periodismo. Lo que no quiere decir, de ninguna manera, que cada quien tenga su formación ideológica y moral; pero precisamente por eso hay que ser ecuánime y no dejarse llevar por las hormonas o el obnubilamiento partidista.
Lo malo es que esta forma pésima de hacer periodismo se está extendiendo y, acompañada del mercantilismo, está convirtiendo a los medios de comunicación en una quinta columna del materialismo, de la desinformación, de la inculturación o la alienación. Cosas todas que son contrarias a la misión del periodismo de orientar, educar e informar, dependiendo de cada quién hacer su propia prelación.
Y todavía se quejan cuando alguien cuestiona esta labor distorsionada de los medios que se han adscrito a la vulgaridad de la manera más infame y contraria a los intereses de la colectividad, del bien común y de la propia racionalidad.
La quinta columna funciona y bien y los mercaderes todos contentos; aunque el perjudicado pierda oportunidades de beneficiarse de la revolución tecnológica que alcanza a los medios.
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