En esta época donde las políticas derechistas las ejecutan los izquierdistas, no es raro escuchar al dirigente de la COB decir que ellos no avalarán las decisiones de la llamada "cumbre" que promueve el oficialismo, porque no traduce sino una cuestión: el desconocimiento de los derechos esenciales, por personas o entidades que se atribuyen la representación popular, en contra de todas las especificaciones legales y morales existentes.
Alguien dirá que no es raro; claro, pero no por eso debe pasar como si nada; porque si analizamos racionalmente muchas de las "conquistas" que sobre derechos nos ha hecho pisar la derecha, en manos de izquierdistas, podemos llegar a la conclusión que no son más que la negación de otros o exactamente lo mismo. Como ejemplo, vale eso de la discriminación; se hace tanto énfasis en masculino, femenino o de "opción", que por no discriminar uno termina haciendo precisamente eso: discriminar; porque el sólo hecho de distinguir entre uno y otro es ya negativo, contraproducente, pese a la batería que tenga la demagogia para defender el sofisma.
En cuanto a la "cumbre", negarse a "avalarla" u observarla con majadería no es más que discriminación y negación del derecho de expresión; lo mismo que hacen algunos al oponerse a criticar los medios de expresión, sometidos al oligopolio de los comerciantes, cuando toda crítica es siempre saludable.
Hace ya bastante tiempo que el llamado "veto sindical" no es más que una negación de los derechos humanos y constitucionales y está haciendo más daño que el partidismo, que la politiquería y lo mismo que se dice rechazar; pero que se hace lo mismo. Toda una conducta trotskista o estalinista, si habría que dar ejemplos de lo que ha acontecido en el mundo y sigue ocurriendo dentro de ese ambiente de sofistería y eufemismos izquierdistas para hacer lo que la derecha manda.
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