Aunque parezca extraño, hace décadas que los sindicatos hacen labor partidista porque se guían por ideologías que no siempre han estado al servicio de los obreros. Desde el Congreso de Pulacayo, donde se aprobó la tésis que ha dado pie a tanta arbitrariedad y distorsión de la propia democracia, el cogobierno del marxismo con el movimientismo en el llamado "doble sexenio" donde, paradójicamente, se instaló la dependencia al Norte, la incursión de la COB en el gobierno de Torrez y el monopolio en el usufructo de cuotas sindicales que se cobra a todos sin elecciones democráticas, hay todo un abanico de cosas qué contar sobre la triste historia de los bolivianos, de los proletarios, de los campesinos y de los "sindicalistas" en Bolivia.
No hay pues nada raro en que el actual mandamás de los cobistas decida abiertamente presentar su partido, aunque no sabemos todavía bien si será de tendencia seudomarxista o trotskista porque hay tanta confusión entre los "sindicateros", como alguien los denominó, que nadie sabe a qué atenerse. Lo único cierto, es el usufructo sectario del sindicalismo; sea mediante el cobro impune de cuotas, de viáticos, de comisiones, asignaciones y un mundillo de cosas que, desde la "gloriosa revolución nacional" que creó la COB, se ha hecho una constante y si no que lo digan sus más preclaros dirigentes aunque ya fallecidos como Lechín y algunos otros, de quienes sólo se conoce el lado bueno; pero como todo mortal tuvieron también el otro lado y habría que conocer ambos aspectos, en homenaje, precisamente, a los proletarios, a los explotados, a los marginados que, muchas veces, lo son del propio sindicalismo, especialmente cuando se hace partido, como viene reiterada la amenaza.
Otra cosa que sería bueno dilucidar si de sindicalismo se trata, es: ¿Cómo y por qué la dependencia se instala en Bolivia, en plena revolución y cogobierno del "proletariado"?
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