viernes, 23 de diciembre de 2011

CORRUPCIÓN Y DEMOCRACIA

Si se atiende los pedidos de los que fungen de cívicos, no hay que luchar contra la corrupción porque se resiente la democracia. ¿Es que democracia significa corrupción? En la denominada formal, la de cuotas de poder, la que ha estado vigente y todavía aletea sí; la corrupción es parte de ella, así como la impunidad y cuando se trata de luchar en su contra; entonces, surgen los dislates cínicos que confunden democracia con corrupción. Porque ya nadie puede dejar pasar que la politiquería se ha caracterizado siempre por la inmoralidad, por el egoísmo y el sectarismo partidista que repartía la administración pública de acuerdo a los deméritos de sus conmilitones para adjudicarles "bolsones de corrupción", como se dijo antes, de donde partían las cuotas, las repartijas de las peras del árbol del burocratismo que la dependencia ponía al alcance de sus h. de p., a decir del mismísimo Roosevelt.
Tampoco podemos ni debemos olvidar que hace muy poco, apenas unos años, quienes hoy se desgarran las vestiduras por una supuesta persecución en contra de sus adherentes, estaban implicados en acciones separatistas, subversivas y disociadoras que, precisamente, por medio del escudo del regionalismo pretendieron crear nuevas republiquetas con estatutos propios donde, claramente, se abogaba por la "independencia" del poder judicial, es decir, por su administración regional, fuera de los límites y alcances del Estado. Las pruebas están en esos mismos instrumentos que se "aprobaron" en concentraciones "cívicas" marcadas por el claro regionalismo y el desconocimiento de Bolivia. Que ahora vengan con que están siendo perseguidos políticamente; ojalá, así sabrán lo que es la política y su diferencia con la politiquería que practican y quieren seguir practicando. Si creen que todavía pueden pasar su engaño, están equivocados porque los únicos que se engañan son ellos mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario