Aunque no se quiera aceptar la lucha contra la desigualdad, la desinformación y la corrupción, es también ideológica o, tal vez, la única que se produce de este tipo en el mundo entero, agotadas las opciones del materialismo en sus variantes derechistas o izquierdistas.
Porque, por ejemplo, en varias partes se afirma que: el vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo" en una obvia aceptación o adaptación al modelo de inmoralidad que impera en el planeta, a caballo de la desinformación, la manipulación y el consumismo que no pregunta de dónde gastas sino cómo y cuánto gastas.
Se pone pues en duda la continuidad de ese gran tótem adoptado en lugar del becerro de oro, la corrupción, y se plantea el rescate mismo de la humanidad; ya sea tratando de poner entre rejas a los más corruptos, impidiendo la impunidad de la manipulación de la verdad y la información por grupos economicistas que acaparan licencias y medios y cuestionando declaraciones de algunos sinvergüenzas que, todo orondos y lirondos, dicen que fulano o zutano no tiene moral para hablar cuando no se cuestiona a sí mismo.
Hasta hace muy poco, sólo los partidos podían hablar de ideología, aunque no la plantearan ni practicaran sino excepcionalmente, pero el pueblo se está dando modos para rescatar esta lucha ideológica fundamental para la enmienda y el cambio de ruta en el planeta, excesivamente agobiado ya por tanta inmoralidad y materialismo. La cuestión es pues quienes se apuntan y quienes no, demasiado alienados todavía al economicismo y su sarta de desastres y perversiones.
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