A consecuencia de la crisis del Euro y del cambio anunciado en el calendario maya; mucho se habla sobre la crisis del capitalismo; pero, en verdad, habría que hablar de la crisis o extinción del materialismo, en sus dos variantes: la derecha liberal y la izquierda marxista.
Aunque algunos nostálgicos del estalinismo pretenden llevar las aguas a su propio cauce y beneficio por la crisis del sistema monetarista, no hay duda que las antípodas ideológicas de los últimos siglos se han dado la mano más de una vez para producir el daño que se ha causado a la humanidad.
Bastaría recordar lo ocurrido durante la denominada segunda guerra mundial, con todo lo que se conoce y, especialmente, lo que se oculta, para llegar a la conclusión que a los supuestos opuestos los liga la misma pasión: el amor por el oro; un recuento apenas superficial de esos hechos nos conduciría al conocimiento de cómo se han disputado el culto a la personalidad, cómo han ensayado la sustitución de la religión y cómo lo que menos les importa y les ha importado es la suerte del planeta y de la humanidad.
Es esta supuesta política lo que está en crisis; el desgobierno, la irresponsabilidad, el egoísmo; ya sea que se intente, una vez más, resucitar el liberalismo especulador o el estalinismo marxista; por eso es que es necesaria la aclaración porque sólo una buena percepción de la realidad mundial, individual y social, nos puede conducir a encontrar los mejores caminos de las soluciones estructurales para el planeta.
No es pues sólo el capitalismo que está en crisis sino el materialismo en general.
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