La democracia de mercado está vacía; o, más bien, el lugar donde debieran presentarse las propuestas y los proyectos, no se ha abierto.
Todo se reduce a como reza en el vulgo; se insultan, difaman, calumnian, "como en la recoba", es decir, como antes sucedía entre las vendedoras que no perdían oportunidad para intercambiar adjetivos y palabras de más o menos grueso calibre.
Estén en las calles, en actos expresamente preparados o improvisados el lenguaje es siempre el mismo: lleno de dicterios para el opositor; que después digan que no han dicho lo que dijeron es lo menos; al parecer, lo que se busca es contentar al público. ¿Pero cuál público? Porque el que los sigue es afín a sus tropelías y si hay algún curioso entre ellos, está tan espantado que prefiere callar.
Muchas veces en nuestra historia se nos ha repetido que no sabemos vivir en democracia y, cataplum, se nos ha impuesto un milico o un civil para disciplinarnos y enseñarnos qué es la democracia. Pero ésta no se hace de campos de concentración, de persecuciones, de violaciones y, entonces, llegado el límite, volvemos a un "veranillo" que tampoco sabemos cuánto durará. Esta es la historia de la "democracia" en Bolivia y muchos países vecinos; lo que no podemos entender es cómo, derechistas e izquierdistas, no aprenden la lección y hacen exactamente lo mismo que hicieron para provocar este o aquel estrago.
Y, una vez más. lo estamos repitiendo con una nueva "clase política", a la que se han incorporado libremente sindicatos y movimientos sociales y que no termina de deshacerse de paquidermos y otras especies antediluvianas que todavía creen que tienen opciones. Y nada raro que así sea, ante tanto vacío.
Pero hablando de política o en política, las cosas no han cambiado. La ideología es un chisme agotado, el programa un artefacto inútil, las ideas algo innecesario y la moral brilla por su ausencia y por todas partes.
Nuestras recobas tradicionales, a veces, tenían al atractivo del encuentro entre las vendedoras y solían ser sabrosas muestras de ingenio y sarcasmo o chascarrrilo al vuelo; hasta eso hemos perdido porque han entrado en competencia los que, además, tiene el cráneo vacío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario