viernes, 8 de agosto de 2014

"LO QUE NATURA NON DA..."

Dicen que lo que natura no da Salamanca no presta y no es más que la ratificación de algo que se decía hace siglos: "la ignorancia se está titulando".
El candidato, pobre de él, Doria Medina, acaba de meter las de andar al pedir que las ganancias por la explotación de hidrocarburos se divida entre el sector público y privado a 50%. Si consideramos que el Estado, no es más que la conjunción de territorio, población y leyes y, consiguientemente, tiene o puede tener dos sectores en su economía: el público y el privado; lo que propone no es sino privatizar, regalar, no sabemos a qué titulo, a los empresarios la mitad del patrimonio de todos los bolivianos; es decir, vuelve a insistir en la politica neoliberal de privatizar, por decir algo, los recursos y las empresas de todos a unos cuantos.
Bolivia tiene una triste historia respecto a sus gobernantes, donde se han sucedido bárbaros, iletrados y alguno que otro preparado y los resultados los estamos viviendo y sufriendo cuando ni siquiera sabemos definir qué es el Estado y decimos cualquier estupidez como propuesta.
Ha venido sucediendo desde hace tiempo, desde que algunos caudillos pretendieron rodearse de intelectuales o de gente preparada, aunque al final terminaron siempre haciendo lo que ellos querían, el caso más típico, tal vez, es el de Melgarejo y Tamayo; pero más tuvimos de los sinvergüenzas, titulados o no, que sirvieron simplemente los intereses de otros como el "libertador económico" que a través de la "revolución del 52" nos entregó inermes a la explotación del imperio del norte y así hubieron varios, especialmente en las ultimas décadas, que se contentaron con el triste papel del "felipillo".
Pedir, en las actuales circunstancias a los candidatos que tengan mesura en sus declaraciones o piensen antes de hablar, es como pedir peras al olmo; lo único que hacen es descubrir sus verdaderas intenciones, su identidad sirviente. Lo malo es que la gente, por llevar la contraria y ante las respuestas del oficialismo, puede persistir en el error de creer que estos sujetos con una opción.
Y no hay más que escuchar a todos ellos para darnos cuenta de ese enorme vacío ideológico y programático que muestran los candidatos porque creen que, como ellos, nadie piensa.

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